Idiomas

EspañolAlemánInglesTexto de botón

   

MENSAJE DEL P. GERARDO                                                                                                                                                <---- Menú

 Del Evangelio según Mt. 4,23-24:

 Jesús empezó a recorrer toda la Galilea, enseñaba en las sinagogas de los judíos, proclamaba la Buena Nueva del Reino y curaba en el pueblo todas las dolencias y enfermedades.

Su fama se extendió por toda Siria. La gente le traía todo sus enfermos y cuantos estaban aquejados por algún mal: endemoniados, lunáticos y paralíticos, y el los sanaba a todos.

 Con frecuencia identificamos las misiones con una muchedumbre de fieles caminando en procesión, hundida en la polvareda, con largas colas de penitentes esperando la confesión al aire libre, con los niños sentados en el piso mirando y escuchando atentamente al misionero. Nos encanta la exótica de la vida misionera y de sus frutos que podemos observar en las revistas misioneras llenas de colores y de fotos con los niños y adultos sonrientes y posando a la foto. Tenemos la impresión que la buena nueva en los países lejanos y hundidos en la miseria, realmente es anunciada gozosa y auténticamente y que produce mas frutos que la cosecha recogida en la mies europea, cultivada por la Iglesia desde hace dos milenios. Esa exitosa imagen de las misiones, a pesar de asemejarse a la imagen de muchedumbre que sigue a Cristo en el evangelio, tiene poco que ver con la realidad. Los países misioneros, igual que Europa y muchos otros países civilizados, aun necesitan de evangelización, o mejor dicho de una nueva evangelización, porque la primera de hace 500 años atrás, resulta hoy en día poco eficaz, a pesar de considerar el continente sudamericano como el mas católico del mundo.

 Quizás las fotos que enriquecen nuestra página web nos dan la impresión como si la gente que evangelizamos estuviera saciada y autosuficiente. Sobre Europa podemos opinar lo mismo, sin embargo somos concientes, que siendo la cuna de cristianismo con el paso del tiempo esta pudriéndose y decayendo cada vez más y más, sometiéndose a la influencia de las corrientes del modernismo y secularismo. Los habitantes de nuestra parroquia necesitan de Dios igual que cualquier otro ciudadano del mundo. Pero lo que impide saciar esa hambre de Dios o hambre del alma también en las misiones, es el deseo del hombre de saciar su corazón y sus necesidades biológicas, el deseo de ser independiente del otro hombre, de sus instituciones, de ser autónomo y en su autonomía independiente incluso del Creador.

 Todos soñamos con una civilización de amor, con la plenitud del Reino de Dios, iniciado por Jesús, pero lamentablemente pocos comprendemos que la pobreza espiritual y la sencillez que caracterizan a un niño, son las condiciones únicas e indispensables para lograrlo. Es una paradoja, pero la felicidad plena del hombre no viene a través de la independencia, sino a través de la confianza de un niño sumiso totalmente a su Dador y Señor de la vida y a su Salvador Jesucristo: “El que no recibe el reino de Dios como un niño, no puede entrar en el” (Lc18, 17). Esa buena nueva no siempre es alegre. Al contrario, muy a menudo es incomoda, porque exige de nosotros el rechazo de nuestros esquemas y costumbres que hemos elaborado a lo largo de nuestra vida. Por eso una de las principales metas de la acción pastoral en nuestra parroquia es la formación intelectual y espiritual de la persona, su sanción física y espiritual mediante la educación de la niñez y juventud y mediante la atención médica y social a los enfermos y extremamente pobres. Nuestro plan de trabajo no es distinto del que realizó Jesús, quien “...enseñaba en las sinagogas, anunciaba la buena nueva, curaba toda clase de enfermedades..., sanaba”. Nuestro programa no tiene por qué diferenciarse del programa de Jesús, quien es el mismo ayer, hoy y para siempre.

Llegamos a 70 pueblos de nuestro distrito: a pie, montando caballo, navegando el bote, manejando la moto o la camioneta donde podamos. Allí donde no existen comunidades católicas, nos contentamos visitando las escuelas, enseñando a los niños y jóvenes que Dios es un buen Padre de todos y el Evangelio el mejor libro de vida sin distinción entre el mejor católico y peor evangélico o viceversa. Desde el abril 2005 funciona en nuestra parroquia la farmacia parroquial ofreciendo a la población medicinas, lentes, leche y ropa de segunda, exigiendo el simbólico pago por cada articulo de acuerdo al lema: “La salud no cuesta, pero si, tiene su precio”.  Desde cuatro años y medio construimos el nuevo centro pastoral destinado a las actividades pastorales y catequesis como formación de jóvenes y de los animadores cristianos de las comunidades.

 La baja autoestima, conformismo, falta de organización de vida, analfabetismo entre los chicos y grandes, mucha ignorancia e indiferencia religiosa, falta de aspiraciones, de motivación y ociosidad en general, componen las principales demandas que tiene que afrontar la parroquia. La diversidad cultural, económica y étnica, entre los nativos, colonos alto andinos y austro alemanes es una enorme riqueza por un  lado y por el otro, la causa de desintegración social basada en la discriminación y el sentido de superioridad de unos sobre otros.

 Por estas y otras razones hemos decidido gestionar y construir un nuevo Centro Educativo con inicial, primaria, secundaria e internados para albergar a los alumnos más pobres del valle. La pobreza material, intelectual y espiritual se suman en la principal causa de la incapacidad de vivir, torpeza de conciencia y falta de vulnerabilidad a lo bello, bueno y verdadero. Para poder vivir con dignidad, primero hay que aprender a vivir, es decir aprender a vivir con y para Dios, con y para prójimo y para uno mismo, lo que exige educación de mas alto nivel, basada sobre los valores cristianos, cuya escasez o falta total se hace sentir en las familias y en el actual sistema educativo, considerado en el Perú el peor en toda América Latina.

 Jesús enseñaba a aquellos, quienes no supieron vivir en medio de su negligencia e incapacidad, siendo a menudo victimas de la viveza y del engaño “de los hijos del mundo” (Lc16, 8). Enseñaba, según leemos en el Evangelio, no como los maestros de la ley, sino con poder, con autoridad y convicción poco comunes en aquella época. A pesar de ello, de la muchedumbre que lo seguía, escuchaba y admiraba, quedó apenas un grupito de personas a la hora de su mayor abandono y soledad en la cruz. Somos concientes que a pesar de aplicar el mejor método de enseñanza, será difícil disfrutar de una gratitud de parte del pueblo. Pero Jesús no salvó al mundo enseñando el evangelio y sufriendo por nosotros en la cruz, sino mediante su obediencia a Dios Padre, obediencia hasta el extremo, hasta la muerte en la cruz, cuando todo lo que había hecho, parecía inútil y en vano. El precio y valor del trabajo misionero no se encuentran en sus efectos, resultados o éxitos, sino en el seguimiento de Cristo y en el cumplimiento de la voluntad de Dios.

 En esta página web a pesar de las derrotas, preocupaciones e incertidumbres por el día de mañana, podemos ver que en el esfuerzo misionero son la fe, esperanza y caridad, inocencia, servicio y solidaridad, los cuales nos hablan a través de las fotos. Ellas son frutos del Espíritu Santo con los que se alimenta y fortalece nuestra parroquia siendo aun una familia católica joven.

Estos son frutos del Espíritu del Señor, sin embargo, no los hubiera sin sus aportes económicos y oraciones, por las que les agradecemos de corazón invitando a continuar su participación en la construcción de la Iglesia Misionera, para que su fruto dure y abunde.

Unido en oración y agradecido por su apoyo les saluda

        

P.   Gerard   Tyralla
hatlanger@gmail.com

         <---- Menú